domingo, 31 de julio de 2016

Las chinchillas, esos animalitos tan bellos


Estado Libre,
Soberano e Independiente de
Leonlandia del Sur
  
Revista de ecología y política “el yaguarundí”







Editorial

Muchos piensan en la palabra “chinchilla” y la relacionan directamente con un tapado de piel; nosotros la relacionamos con un ser vivo, con un animalito pequeño, suave y sociable.

Hay que concienciar a quienes ven en los animales seres que les pueden ser útiles para algo porque si de esa manera consideran a una chinchilla, un caballo o un oso, de la misma manera considerarán a quienes tengan alrededor: no existe la “utilidad” en los seres vivos. Cuando alguien desea tener una mascota es porque estará dispuesto a darle amor, alimento, protección y cuidados, de mismo modo que cuando adquirimos o nos regalan una planta, no la dejamos que se seque y la regamos regularmente, limpiamos sus hojas, las cuidamos del sol o del frío, igualmente hay que amar a todo ser vivo.

Las chinchillas, durante años han sido consideradas, como los zorros, las gallináceas, los bovinos, los caprinos y tantas otras especies sólo con la mirada del bolsillo, cuando no que de la insana diversión: llámese circos, zoológicos o caza; es hora de que la humanidad, tan orgullosa de sentirse superior a las otras especies vivas, aprenda que es la única especie que está poniendo en peligro al planeta y la única que se ha servido de todo ser vivo de las formas más crueles.

Presentamos aquí, dos artículos que animarán a muchos a ver en estas pequeñas criaturas, seres cariñosos, dóciles y tiernos:

La chinchilla, una mascota para nuestra casa

La chinchilla es un roedor que requiere de escasos cuidados
La chinchilla pertenece a la familia de los roedores. Se trata de pequeños mamíferos originarios de la cordillera de los Andes. Es una mascota perfecta para tener en casa ya que no requiere de demasiados cuidados, ni necesitan un espacio determinado de habitar, ni obliga a sacarlos a la calle para hacer sus necesidades o pasear que es el pesar de todos los dueños de mascota y lo que retrae a la hora de adquirirlas.
Además, se trata de un animal que nos acompañará durante muchos años pues su esperanza de media de vida está comprendida entre los 15 y 20 años de duración.
Blanca Caballero, veterinaria de la clínica madrileña Animalium, cuenta para Bekia las características y necesidades propias de este roedor.

CARACTERÍSTICAS DE LA CHINCHILLA
La chinchilla posee unas características que comparte con el resto de roedores, aunque tienen algunas características diferenciales, pero en su mayoría son similares. 
La primera característica importante a valorar, si queremos tener este animal de mascota, es plantearnos la idea de adquirir más de un chichilla pues el roedor es un animal que no le gusta la soledad. Les produce depresión y malestar e incluso en alguno casos la propia muerte.

Según afirma la veterinaria Blanca Caballero: "Para evitar problemas, lo mejor es no adquirir las dos chinchillas machos, pues éstas se pelean entre sí mucho para marcar su territorio.

La alimentación y los cuidados de la chinchilla son baratos
Además, si tampoco queremos tener descendencia lo mejor es que nuestro roedor sea hembra. Así evitaremos peleas entre ellas y la posibilidad de quedarse embarazada". 

A pesar de que este animal es ideal para tenerlo en casa por lo citado anteriormente y porque se trata de animales dóciles, es cierto que lo que les diferencia a la chinchilla del resto de roedores es que son animales nocturnos. Esta mascota puede ser bastante ruidosa por la noche, por ello es mejor mantenerla alejada de las habitaciones.

En cuanto al mantenimiento básico de la chinchilla es muy sencillo. La comida, el heno y el sustrato, tres productos que necesitan no suelen ser caros. Como con cualquier otra mascota, el desembolso principal puede resultar algo costo pues necesitará adquirir una jaula amplia y a ser posible con diferentes alturas.

Según la veterinaria Caballero, aunque la jaula sea amplia no se recomienda que pasen metidas dentro de las 24 horas del día, hay que sacarlas para que se muevan en un mayor espacio y corran, pues son animales muy activos que necesitan actividad diaria.

La chinchilla es un animal independiente pero sociable y cariñoso

A la hora de los cuidados veterinarios es bueno saber que las chinchillas no necesitan vacunas (otra razón más para ser una buena adquisición como mascota low cost), perosi es necesario llevarlas a revisión cada seis meses para desparasitarlas y evitar parásitos internos y problemas dentales, las enfermedades más comunes entre el roedor.
Como buen roedor, la chinchilla es un animal muy independiente pero una vez que consiguen adaptarse a su nueva vida (que lo suele hacer bastante rápido) son animales muy sociables y cariñosos con sus dueños.

Los pequeños de la casa pueden hacerse cargo de la chinchilla

Al principio, al cambiarlos de hábitat, puede ser que se estresen (es una de sus características comunes) pero si se les deja a sus anchas, que vaya inspeccionando su nuevo hogar y conociéndolo sin agobiarlo (sin cogerlo constantemente, sin darle sobresaltos ni someterlos a ruidos fuertes) este estrés se le pasará a los pocos días.
El tema de la temperatura si hay que tenerlo en cuenta y tener especial cuidado, según alerta Blanca Caballero: "Son animales que acumulan muy bien el calor por su alta densidad de pelo, lo que supone un problema en verano. Con temperaturas superiores a 25 grados hay que prestarle mucha atención a nuestra mascota ya que como los humanos, la chinchilla puede padecer un golpe de calor que le lleve a la muerte o a dejarle secuelas irreparables".

ADQUIRIR UNA CHINCHILLA

Si a la hora de adquirir una chinchilla tenemos dudas de cuál es la elección más acertada, la veterinaria Blanca Caballero nos indica cuales son las pautas a valorar para poder elegir la mejor chinchilla.

Las chinchillas se pueden adquirir en tiendas específicas de venta de animales o en criadores caseros. Si escogemos la segunda opción, debemos tener en cuenta que el criadero sea de confianza o que tengamos buenas referencias y que tengan todas las inspecciones de sanidad pertinentes. 
Las chinchillas las hay de diferentes colores. A la hora de adquirir una debemos cogerla lo más joven posible, pero siempre que este destetada, que suelen ser las que tengan alrededor de los 2 o 3 meses.

Esto es sencillo de entender, los primeros meses de vida del animal, necesitan alimentarse de la madre y tenerlas cerca. Estos primeros meses sin importantes ya que determinará que la chinchilla salga adelante con buena salud o que en algunos casos mueran. Cogerla a partir de los dos meses, nos asegura que está en buen estado y que ya pueden empezar su vida separados de su madre.

Los niños pueden hacerse cargo de las chinchillas

Antes de adquirir nuestra chinchilla, debemos observar principalmente los ojos del roedor (que se encuentren bien abiertos) orejas sin costras que determina que no tienen infección, la boca limpia y que los dientes no se encuentren por fuera de ella, manos y patas firmes, que se sostengan sin problema en el suelo.

En cuanto el pelo, si posee pelos que sobresalen unos de otros no pasa nada, simplemente es que esa chinchilla ha pasado estrés pero eso no quiere decir que no esté sana. El hocico no debe tener mucosidad, esto puede denotar que el animal es propenso a resfriados y derivarse en neumonía, una de las causas principales de enfermedad de los roedores.

Para finalizar, Según Blanca Caballero: "Tener una chinchilla como mascota en casa, es una muy buena decisión. No requiere invertir en ellas demasiado tiempo y los gastos básicos que requieren son asequibles para cualquier persona.

En el caso de que tengamos niños, el roedor es el animal perfecto de compañía. Su pequeño tamaño les permitirá a los pequeños de la casa a poderse hacer cargo de ellos y su docilidad tranquilidad tendrá confiadas a las mamás de que nos les hará daño a sus hijos".


Comportamiento de la chinchilla doméstica

Las chinchillas son animales sociales. Esto quiere decir que viven en grupos en los que existen relaciones entre los individuos. Y las chinchillas domésticas no han dejado de ser sociales. Por tanto, estos animales no son de esos que se meten en una jaula y sólo se contacta con ellos para darles de comer o limpiarles el alojamiento. Una chinchilla en una mascota que necesita y va a demandar de su propietario el contacto diario.

En todos los animales existe un periodo de tiempo en el que se inician y se definen las relaciones con el mundo que les rodea. A este proceso se le llama sociabilización, y al tiempo en el que ocurre se le denomina periodo de sociabilización. Pues bien, este periodo no es eterno, sino que dura unas pocas semanas o meses. Nuestra experiencia personal es que la existencia de las chinchillas está muy ligada a la madre durante las primeras dos semanas de vida. Esto no quiere decir que no exista interés por lo que le rodea, ya que las crías de chinchilla son extremadamente precoces. No es infrecuente verlas salir del nido a las pocas horas de haber nacido. Sin embargo, cuando hablamos del periodo de sociabilización nos referimos no a cuando descubren el entorno, sino a cuando interaccionan con él y establecen relaciones de confianza o de rechazo que serán mantenidas en el futuro. Cuando este periodo se ha caracterizado por la presencia escasa de estímulos, la sociabilización es deficiente.

Hay que darse cuenta de que en la naturaleza la sociabilización debe ser lo más perfecta posible, ya que les va la vida en ello. Deben saber reconocer inmediatamente si el que se acerca es amigo o enemigo. Y esto se debe aprender muy pronto, cuanto antes. Casi desde el momento mismo del nacimiento saben reconocer a los miembros del grupo familiar, ya que la entrada al nido de los componentes del grupo no está limitada, aunque en algunas ocasiones se rechace la entrada del macho ya que pueden ser realmente insistentes al intentar copular con la madre poco después del parto.

Si la madre acepta a sus compañeros humanos, no existe ningún riesgo en introducir la mano en el nido y comenzar a extraer a las crías recién nacidas una vez que estén secas. Es muy conveniente contactar frecuentemente con las crías desde que nacen para que reconozcan el olor y el sonido humano como amistoso. Cuando tienen unos 10-15 días el contacto debe ser cada vez más estrecho ya que es en estos momentos cuando se fijan las impresiones positivas de aquello que les rodea.

Pasado el periodo de sociabilización es muy difícil conseguir que un animal acepte como no peligroso aquello que desconoce. Por más que el cuidador sea afectuoso y cuidadoso, si una chinchilla no ha aprendido a confiar en los humanos, probablemente no va a aceptar a las personas. Por esto, se aconseja la manipulación y el juego con las crías de chinchilla desde el momento de su nacimiento. Aquellas crías que perciban a las personas como algo familiar y confiable en su entorno se convertirán en chinchillas sociables capaces de aceptar a cualquier persona que se acerque a ellas con naturalidad y tranquilidad. De igual modo ocurre con todo tipo de sonidos o mascotas con los que convivan las crías en este periodo.

En el caso de unas chinchillas mantenidas en una zona de la casa de bastante tránsito y ajetreo, es fácil observar que están profundamente dormidas a pesar del ruido que se hace en las labores de limpieza, cocina o teniendo encendido el televisor. O cómo les resulta indiferente que se acerque un gato a olisquear la jaula. Las fotografías que acompañan a este texto ilustran el caso de una chinchilla criada con gatos desde el día de su nacimiento.

La fotografía de la izquierda muestra como aún teniendo muy pocos días de vida no muestra ningún temor. La fotografía de la derecha es todavía más reveladora. Es la chinchilla la que se acerca al gato a olisquearlo. Conocemos casos todavía más clarificadores. En concreto el de una chinchilla cuya diversión era la de perseguir al gato con el que vivía. La propietaria tuvo el acierto de grabarlo en vídeo.



Este es un comportamiento adquirido en la cría doméstica que jamás se daría en estado salvaje, donde la presencia de un posible depredador o un ruido fuerte sería suficiente estímulo como para emprender la huída hacia un refugio. En las chinchillas que no han tenido una buena sociabilización se puede observar que son más temerosas y asustadizas. Generalmente aprenden a aceptar a aquel que les provee de comida, pero ante cualquier movimiento brusco o situación un poco extraña tienden a esconderse con rapidez.

Lo expuesto anteriormente son las razones que tenemos para aconsejar fervientemente que se adquieran chinchillas procedentes de la cría doméstica. En particular, de la cría domiciliaria. Las crías que proceden de una camada que se ha mantenido como se ha relatado anteriormente, suelen carecer por completo de miedo o prevención contra las personas. Podemos relatar el ejemplo de una pareja de chinchillas que cedimos a un conocido a una edad relativamente temprana como es el mes y medio de vida. Para entregárselas las metimos en una caja transportín de cartón y se la dimos a su nuevo propietario.

Abrir la caja y subirse a las manos de su nuevo dueño fue todo uno. No mostraron el más mínimo signo de temor a pesar de ser una persona desconocida y de estar en un ambiente totalmente extraño. Al introducirlas en su nueva jaula se dedicaron a recorrerla y a investigar cada rincón. A pesar de que la jaula contaba con un refugio en ningún momento pretendieron esconderse dentro. Al contrario, se pusieron a comer. Este ejemplo muestra lo que puede conseguirse con una correcta sociabilización de las chinchillas.

Las chinchillas no son animales agresivos. Salvo ciertos ejemplares muy asustadizos, jamás morderán a una persona. Excepto que las manos huelan a comida y confundan un dedo con un trozo de manzana. Pero en este caso la culpa no es de la chinchilla, sino del que no se ha limpiado las manos. Son animales bastante dormilones durante el día y activos a partir del atardecer.

Sin embargo es fácil acostumbrarlos a ciertos horarios “intempestivos” para una chinchilla. Nosotros tenemos por costumbre ofrecerles un trocito de pan duro cuando desayunamos. Desde que iniciamos esta costumbre, cuando notan que nos levantamos se ponen a dar saltos y a reclamar su golosina. Incluso las crías de un mes de vida. Ahora toda la familia se levanta a la misma hora.

Un comportamiento extraordinario de las chinchillas y que les diferencia de todos los demás animales domésticos es su afición a los baños en arena. Debido a que proceden de una zona donde apenas llueve, para limpiarse el pelaje han sustituido los baños en agua por los baños en arena. No puede utilizarse una arena cualquiera. Debe emplearse una arena muy fina que se vende especialmente para ellas. Se les debe ofrecer durante unos 20 minutos como máximo y con una frecuencia que dependerá de la humedad de la zona. Como orientación, se puede comenzar con 2 o 3 baños semanales. Si vemos que las chinchillas comienzan a rascarse más de la cuenta se debe reducir la frecuencia de los baños.

Un aporte de: 

Agrupación Ecologista "Lobos de Odín"


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