viernes, 30 de marzo de 2018

COPs, Aire Interior, Contaminación Atmosférica, Ballenas Francas, Krill



Índice

Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)

Guía de Calidad de Aire Interior

Conceptos generales de contaminación atmosférica

La Ballena Franca

Kril antártico



Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)

Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), conocidos también por su acrónimo inglés POPs (Persistent Organic Pollutants), son sustancias químicas:
·                      Persistentes, ya que tienen una elevada permanencia en el medio ambiente, al ser resistentes a la degradación.
·                      Bioacumulables, incorporándose en los tejidos de los seres vivos y pudiendo aumentar su concentración a través de la cadena trófica.
·                      Altamente tóxicos, y que provocan graves efectos sobre la salud humana y el medio ambiente.
·                      Que tienen potencial para transportarse a larga distancia, pudiendo llegar a regiones en las que nunca se han producido o utilizado. Los COP son volátiles en el rango de temperaturas de las latitudes medias. Transportados por la atmósfera, se condensan y depositan en las zonas frías a gran altura o en las latitudes altas. Por su persistencia, pueden ser depositados y volver a volatilizarse en ciclos sucesivos en función de las temperaturas ambientales, produciéndose el efecto conocido como "saltamontes".


En consecuencia, suponen una amenaza para la salud humana y el medio ambiente de todo el planeta.

La Comunidad Internacional y más concretamente las Naciones Unidas, ha generado instrumentos importantes para regular y controlar los COP. El más ambicioso es el Convenio de Estocolmo, cuyo objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los COP, eliminando, y cuando esto no sea posible, reduciendo, las emisiones y las descargas de estos contaminantes.

La Conferencia Diplomática para la firma del Convenio de Estocolmo, tuvo lugar el 22 y 23 de mayo de 2001 en Estocolmo, y contó con la firma de más de 120 países. La Unión Europea y todos sus Estados Miembros, firmaron el Convenio y las Resoluciones que lo acompañan, manifestando en este acto la importancia de este acuerdo internacional y su voluntad decidida para promover su entrada en vigor.


Sustancias COP

Los 12 primeros COP del Convenio de Estocolmo:

  1. Aldrina(Aldrin)
  2. Clordano(Chlordane)
  3. DDT(Dichlorodiphenyltrichloroethane)
  4. Dieldrina(Dieldrin)
  5. Endrina(Endrin)
  6. Heptacloro(Heptachlor)
  7. Hexaclorobenceno(Hexachlorobenzene, HCB)
  8. Mirex(Mirex)
  9. Toxafeno(Toxaphene)
  10. Bifenilos policlorados(Polychlorinated byphenils, PCBs)
  11. Dibenzoparadioxinas y dibenzofuranos policlorados(Polychlorinated dibenzo-p-dioxins, PCDDs and polychlorinated dibenzofurans, PCDFs)

Los nuevos 9 COP incluidos en el Convenio de Estocolmo:

  1. Alfa-hexaclorociclohexano(Alpha-hexachlorocyclohexane, alpha-HCH)
  2. Beta-hexaclorociclohexano(Beta-hexachlorocyclohexane, beta-HCH)
  3. Éter de tetrabromodifenilo y éter de pentabromodifenilo(Tetrabromodiphenyl ether, tetraBDE and pentabromodiphenyl ether, pentaBDE)
  4. Éter de hexabromodifenilo y éter de heptabromodifenilo(Hexabromodiphenyl ether, hexaBDE and heptabromodiphenyl ether, heptaBDE)
  5. Clordecona(Chlordecone)
  6. Hexabromobifenilo(Hexabromobiphenyl, HBB)
  7. Lindano(Lindane, gamma-HCH)
  8. Pentaclorobenceno(Pentachlorobenzene, PeCB)
  9. Sulfonatos de perfluorooctano(Perfluorooctane sulfonated, PFOS)


  
Guía de Calidad de Aire Interior

Se ha presentado en Madrid la Guía de Calidad de Aire Interior. La consejería de Economía, Empleo y Hacienda, a través de la Dirección General de Industria, Energía y Minas, junto con la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid y Knauf GmbH han llevado a cabo el desarrollo de esta guía en la que se analizan los principales contaminantes presentes en el aire y en los materiales constructivos, así como los elementos de medición, las posibles soluciones mediante sistemas de ventilación y otros aspectos normativos y legislativos.


La Fundación para la salud geoambiental ha colaborado en el desarrollo de esta guía, concretamente el apartado de mediciones, debido a la experiencia acumulada en mediciones de casas particulares. Dentro de la salud geoambiental un apartado de mucha importancia es la calidad de aire interior.

La mayor parte de la población no tiene conciencia de que en el interior de los edificios se exponen a un mayor número y concentración de contaminantes. Según la EPA- Agencia de Protección Ambiental de Estado Unidos- las concentraciones de tóxicos en interior es entre 2 y 5 veces superior a los niveles de exterior. Tóxicos como el formaldehído, Benceno, los NOx o niveles altos de material particulado pueden constituir, en el largo plazo, un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades. La mejor herramienta para cuidar la salud es la prevención, un diagnostico precoz realizado a tiempo puede ser la clave para cuidar nuestra salud.



Conceptos generales de contaminación atmosférica
  
La naturaleza física y composición de los contaminantes químicos atmosféricos es muy variada. Además de por su origen natural o antropogénico, los contaminantes se clasifican en primarios y secundarios. Los primarios son sustancias vertidas directamente a la atmósfera, entre los que se encuentran los aerosoles o partículas, los óxidos de azufre, los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y los hidrocarburos. Los contaminantes secundarios son sustancias que se producen como consecuencia de las transformaciones, reacciones químicas y fotoquímicas que sufren los contaminantes primarios en el seno de la atmósfera.

Óxidos de azufre (SOx): Se forman por la combustión de cualquier sustancia que contenga azufre, como el carbón o el petróleo, generando dióxido de azufre (SO2) como contaminante primario. El trióxido de azufre (SO3) se forma en la atmósfera, como contaminante secundario, por la acción fotoquímica sobre el anhídrido sulfuroso, así como el ácido sulfúrico (H2SO4) que se produce por la oxidación catalítica de los óxidos de azufre en las gotas de agua de lluvia. Se estima que en el hemisferio norte más del 90% de la producción de óxidos de azufre es de origen antropogénico.


Óxidos de nitrógeno (NOx): La mayor parte de las emisiones antrópicas de óxidos de nitrógeno se producen en forma de óxido nítrico (NO), como contaminante primario en los procesos de combustión de combustibles fósiles como petróleo, carbón o gas natural. La oxidación posterior del NO da lugar al dióxido de nitrógeno (NO2) y posteriormente al ácido nítrico (HNO3), como contaminantes secundarios.

Monóxido de carbono (CO): El monóxido de carbono (CO) es el contaminante más abundante en la capa inferior de la atmósfera, y su origen antropogénico es debido a la combustión incompleta de materias orgánicas (gas, carbón, madera, etc.), en especial los carburantes de los automóviles. Al oxidarse en la atmósfera genera dióxido de carbono (CO2).

Partículas o aerosoles: Como partículas se engloban tanto diminutos fragmentos sólidos como gotas de líquido de pequeño tamaño, que pueden tener composición química diversa. Este grupo incluye las partículas sedimentables y en suspensión, y los humos. Alrededor de un 80% de las partículas presentes en la atmósfera tienen origen natural (aerosoles marinos, arrastre de polvo por el viento, erupciones, incendios, polen, etc.). Las fuentes antropogénicas más importantes son los procesos de combustión y las pérdidas en procesos extractivos e industriales (minería, canteras, fábricas de cemento, tratamientos de residuos, etc.). También es importante cuantitativamente la formación de aerosoles secundarios a partir de contaminantes gaseosos primarios.


Compuestos orgánicos volátiles (COV): Forman parte de este grupo todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado gaseoso a temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha temperatura. Tienen un origen tanto natural como antropogénico (debido a la evaporación de disolventes orgánicos, a la quema de combustibles, al transporte, etc.). Se caracterizan por participar en reacciones químicas en la atmósfera generando otros contaminantes, como el ozono.

Ozono (O3): El ozono es un contaminante secundario. Se denominan “precursores del ozono troposférico” a las sustancias que intervienen en la formación de ozono en la parte más baja de la atmósfera, siendo las principales los óxidos de nitrógeno (NOx), los compuestos orgánicos volátiles (COV) y el monóxido de carbono (CO).

Compuestos halogenados: Entre los de mayor incidencia sobre la calidad del aire se encuentran los compuestos de flúor, los de cloro y los freones. Los compuestos de flúor son emitidos principalmente por las industrias de la cerámica, de aluminio y de vidrio. Los compuestos de cloro son emitidos principalmente por la industria petroquímica. Destacan en este grupo los clorofluorocarbonos (CFC), gases de los que no existen fuentes naturales, hasta hace poco muy utilizados en la industria de fabricación de espumas y aislantes, como fluidos refrigerantes y como propelentes en aerosoles.


Metales pesados: Los metales pesados son elementos químicos que generalmente se hallan presentes en la atmósfera en muy bajas concentraciones por lo que su origen procede en su gran mayoría de fuentes antrópicas. Las emisiones de metales pesados se originan fundamentalmente en grandes instalaciones de combustión, industria de calcinación y síntesis de minerales metálicos, fundiciones, acerías y otras instalaciones metalúrgicas, industria de producción de cemento y vidrio e instalaciones de incineración de residuos urbanos y sanitarios. Una de las características más peligrosas de los metales tóxicos en el ambiente es que no son degradados, ni química ni biológicamente, por la naturaleza. Entre los metales tóxicos más importantes por sus efectos sobre la salud del ser humano están el mercurio (Hg) y el plomo (Pb), aunque también se encuentran en la atmósfera otros metales como cadmio, níquel, cobre, cromo o arsénico.

Dioxinas: Se trata de compuestos químicos generados a partir de procesos de combustión de productos en cuya composición participa el cloro, especialmente en procesos en que tiene lugar una combustión incompleta. En los países industrializados, los principales emisores son actualmente los incineradores sanitarios y de basuras, pero también se utilizan en el blanqueado de papel con cloro, o en diferentes biocidas. El término se aplica indistintamente a los policlorodibenzofuranos (PCDF) y las policlorodibenzodioxinas (PCDD).



La Ballena Franca

Existen 11 especies de ballenas, de las cuales dos se conocen como ballenas francas. La ballena franca austral, que vive en el hemisferio sur, y la franca boreal, que vive en el norte.

Las ballenas son mamíferos, y por lo tanto, respiran aire, mantienen estable la temperatura del cuerpo y paren y amamantan a sus crías. A pesar de su tamaño, se alimentan de pequeños organismos de pocos milímetros.

La cabeza ocupa el 25% del largo de su cuerpo, que está cubierto, en algunas zonas, por callosidades vistosas de queratina originadas en la piel. Su aliento es expulsado por dos espiráculos que dibujan en el aire dos chorros en V.

Las hembras son reproductoras cuando alcanzan los 13 metros, es decir, a los 3 ó 4 años, edad a la que los machos sólo llegan a los 12 metros. El largo máximo observado en ejemplares en península Valdés es de 16 metros para las hembras y de 15 metros para los machos. Los ballenatos (los cachorros) nacen con unos cinco metros de longitud y, ya adultos, pueden llegar a pesar unas 5 toneladas.


Otros datos

Nombre científico: Eubalaena Australis
Medida: 14 Metros
Peso: Alcanza los 40.000 kilos
Pese a sus dimensiones se mueve con gran destreza. Sus saltos y movimientos estremecen al público…
Hábitat y población
Se distribuyen entre los 20º y 64º de latitud sur.
La población mundial se estima en sólo 3000 individuos.

Durante siglos y hasta hace algunas décadas estuvieron expuestas a una intensa cacería. Hoy están protegidas por normas internacionales.

Reproducción

La gestación es de 12 meses, y la hembra amamanta a sus cachorro durante, más o menos, un período similar.

Tiene un ballenato cada tres años, momento en el que regresan a la península Valdés. Raramente son vistas ahí durante los años que transcurren entre cada parición. Los machos, tienden a retornar al lugar cada año.


Otras curiosidades

Las callosidades de las ballenas son diferentes en cada una de ellas, por lo que pueden servir para identificarlas, así como las huellas digitales en los seres humanos.

Desde 1970, en la Patagonia han sido identificadas más de 1300 ballenas. Cada año se agregan a la lista alrededor de 130 adultos y unas 30 crías.
La población patagónica de la ballena franca austral está creciendo a una tasa del 7,6% anual y es una de las poblaciones más importantes del mundo para una especie poco abundante.



Krill antártico

Al krill antártico tiene crédito por ayudar a mantener el equilibrio en el ecosistema alrededor de la Antártida, donde la comida es limitada y un número limitado de animales pueden prosperar en condiciones tan duras. Sin esta fuente de alimento en particular, toda la existencia animal estaría en grave peligro.

Descripción

El krill antártico es un pequeño crustáceo, similar en tamaño a los camarones. Miden no más de 2 pulgadas de largo, y tienen cuerpos largos, casi transparentes en color, con áreas verdes y marrón que les ayudan a mezclarse con los alrededores.

Distribución

Como habrás adivinado por su nombre, viven en las aguas antárticas, donde se basan en los diversos elementos de su ecosistema para sobrevivir. Durante los meses de verano antártico, el krill va a vivir más cerca de la superficie del agua, en el frío del invierno, se trasladarán a aguas más profundas, donde hace más calor.


Comportamiento

Estas formas de vida viven en enjambres muy grandes en el agua que pueden ser de hasta 10.000 a 30.000 kriles en cualquier lugar. Buscan la seguridad en los números, pero esto no siempre funciona. Un gran depredador puede llegar y consumir gran cantidad de estos, o a todos, de un momento a otro. Se sabe que en estos grandes enjambres forman varios subgrupos, pero todavía hay mucho que no sabemos sobre la jerarquía y la comunicación del krill.

Alimentación

El krill antártico se alimenta de fitoplancton, el cual existe en números muy altos, así que realmente no tienen problemas para encontrar comida. Tienden a comer todos los días, pero no necesitan grandes cantidades de alimentos para su supervivencia. Deben tener cuidado, pues mientras se están alimentando existe una muy buena posibilidad de que también se conviertan en comida.

Reproducción

Existen varios periodos de desove para el krill antártico, durante la época más cálida del año existen más alimentos, y los kriles realizan un largo viaje a las zonas de desove, cerca de las costas, donde se llevará a cabo el apareamiento, las hembras ponen cientos de huevos cada vez que desovan. Los huevos se fijan en el agua de diversas plantas u otros elementos, y luego pasan a través de cuatro etapas de larvas, el tiempo de cada etapa depende de las temperaturas del agua.


El krill antártico puede vivir por un período de hasta 6 años o más en la naturaleza, sin embargo, muy rara vez son capaces de hacerlo, debido a que constituyen, en una muy alta tasa, los recursos alimenticios de muchos otros seres vivos. En algunos lugares se reproducen comercialmente, para crear aceite de kril, un suplemento común en el mercado hoy en día.

Conservación

El número de kriles antárticos sigue bajando, debido a los cambios climáticos. El hecho de que no haya tanto hielo como solía haber en la Antártida, significa que nos se producen tantas formaciones de las algas  que necesitan para comer. Se cree que la disminución de sus números, ha provocado también la disminución de los números de pingüinos. Los expertos advierten de que si este descenso continúa, el saldo total en la cadena alimentaria en la Antártida puede ser devastador.