Hay cosas de plástico que no me gustan nada, por ejemplo, los muebles, las lámparas, la vajilla, como los platos, vasos y tazas, todas esas cosas son horribles, incluso para los niños que son pequeños y están aprendiendo a comer solos, porque es mejor que aprendan a comer bien, en un plato de verdad, así no se sienten que los discriminan.
Tampoco me gustan los comederos y bebederos de plástico para gatos o perros u otros animales que tiene la gente en su casa, por ejemplo, los cuises o conejos.
En mi dormitorio no tengo muebles de plástico porque son contaminantes y se rompen. Los banquitos blancos o negros de plástico son muy feos, siempre están sucios (la gente que los tiene no los limpia) y tienen un agujero en el medio que queda muy mal. En mi escuela esos banquitos y las sillas plásticas apilables están prohibidos porque una vez, un chico se cayó porque se había parado sobre la silla y se lastimó. Así que en los SUM, patios, salones y salas hay sillas de madera y en el salón de actos hay sillones con felpa azul.
Wolfi Fox Talbot
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