Las mujeres leonlandesas no somos de utilizar bijouterie plástica, ni tan siquiera para una hebilla para el cabello. En el mercado, por sobre todo en las ferias artesanales, que ahora con la pandemia del COVID-19 se han reducido a escasos días al mes, podemos comprar muy bonitos artículos de metales como plata, cobre, bronce o alpaca. las hebillas de madera son toda una exquisitez, con calados e imitaciones de filigrana que dan gusto portarlas.
El nácar es un material fascinante. En muchas de nuestras prendas, la modista utiliza antiguos botones que guardo en una caja de madera que era de mi bisabuela; por lo tanto estoy hablando de una delicadeza del siglo XIX que ha ido pasando de generación en generación. A mí me encanta que la modista venga a casa, traiga muestras de telas y patrones de vestidos que son un primor y no están en las tiendas. Es una forma de sostener un trabajo que es un verdadero arte, porque el uso de puntillas o encajes, que en algún momento estuvo tan de moda, aquí lo sigue estando. Adoro los bordados y mis camisas de lino o bambula, todas, tienen un distintivo de pequeños detalles de flores, zarcillos o diminutos frutos del bosque.
La herencia de muebles es importantísima, sean ya pequeñas piezas como mesitas para floreros, banquitos y silloncitos para los niños, hasta los grandes juegos de comedor y dormitorio, allí, no hay plástico. Hay madera que es honrada durante generaciones, mármoles con excelentes pulidos y acabados y todos los herrajes de cerrojos y picaportes de metal bruñido.
Como todos saben, soy poetiza, he escrito para numerosas antologías regionales y extranjeras; amo mi trabajo y más ahora que tengo la posibilidad de seguir editando en la web, sea en concursos o para editoriales que así lo solicitan. Esta modalidad, que realmente me sorprendió, me es sumamente grata, pues la obra literaria se hace masiva de una manera impensada y llega hasta los rincones más remotos del mundo; además, lo más importante de todo es que no se utiliza papel, ahorramos en árboles que los seguimos manteniendo vivos.
Debemos concientizarnos en tratar de reducir al máximo el uso de plásticos, por nuestro bien y el bien del planeta entero.
Alice Amanda de Cappella
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