Por Axel Alemann
Si hubo un luchador contra los agrotóxicos, fue Fabián Tomasi.
Por causa de tener que manipular todo tipo de venenos contra las "malezas" (que no son más que plantas cuyas utilidades muchas veces son conocida por terapéuticas y otras meramente ornamentales), padeció polineuropatía tóxica severa y atrofia muscular generalizada.
Si vida, en los últimos años, estuvo reducida a permanecer dentro de su hogar, siendo cuidado con todo esmero, amor y dedicación por su esposa.
Cuando comenzó su lucha contra los agrotóxicos, en esencial el glifosato, aparecieron los defensores del veneno a atreverse a sostener que no es dañino, que no afecta a la salud. Si así fuera, la macroprovincia de Entre Ríos, no sería a nivel mundial, el lugar más contaminado del planeta con todo tipo de agroquímicos. Si así fuera, no nacerían niños con todo tipo de anormalidades, hijos de padres que sistemáticamente son fumigados cuando los aviones pasan sobre sus viviendas.
Es necesario continuar con el legado que nos dejó Fabián Tomasi, recordar que él nos enseñó el poder destructor del glifosato sobre el cuerpo humano. Sus enemigos, desde chacareros fumigadores seriales hasta Bayer y Monsanto, dicen que como él era diabético, sus padecimientos se debieron a esta enfermedad y no al glifosato. A quienes así opinan, los invito a beber agua de un bidón donde hubo glifosato, o mejor aún, beber un vaso con glifosato.
Basta de hipocresía, basta de mirar hacia otro lado, el glifosato mata, es altamente letal para el ser humano y todo el entorno natural.
#NoAlGlifosato #BastaDeGlifosato #NoMásVenenoDeMonsanto
#NoMásVenenoDeBayer
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