El desmoronamiento de un muro de contención
de la represa de Yacyretá provocó una luz de alarma sobre el funcionamiento del
megaemprendimiento hidroeléctrico.
El presidente de la Entidad Binacional de
Yacyretá, Miguel Thomas, y otros funcionarios culparon a las intensas lluvias
por el fenómeno e intentaron tranquilizar a la opinión pública, pero comienzan
a escucharse otras voces que alertan sobre el peligro potencial de rompimiento.
Una de estas voces pertenece a Roberto Ríos, el ingeniero y ambientalista
denunciado por Thomas por difundir un video institucional de la EBY que muestra
fisuras en la zona del vertedero de la represa.
En diálogo con Misiones 4, Ríos insistió
sobre los peligros de un rompimiento y enfatizó que los funcionarios
responsables preferirían que se rompa la represa a reconocer los problemas,
vaciar el dique e iniciar una investigación sobre cómo fue construida la obra.
“Si se rompiera sería la peor catástrofe de la Argentina”, alertó Ríos, quien
precisó que todas las represas son “máquinas de robar” y por esta razón no se
impulsan las energías alternativas, como la eólica o la de las turbinas
hidrocinética.
“Por el informe del desgaste, sabíamos que en
algún momento iba a suceder. Acá hubo un abuso”, disparó Ríos en el inicio de
la entrevista. El ambientalista reveló que la Cammesa (Compañía Administradora
del Mercado Mayorista Eléctrico) “había reconocido que dos máquinas están
inutilizadas y varias otras turbinas están dañadas. Y las que quedaron
funcionando están al 75%. Lo que buscaron es, con las máquinas que les quedan,
utilizarlas a un régimen mayor, elevando la cota de agua en forma arbitraria y
sometiendo a una represa pésimamente construida a un esfuerzo mayor”, advirtió
el ingeniero.
“La idea es generar toda la energía posible
forzando la represa al máximo, porque es un año electoral y no pueden dejar sin
luz al Conurbano bonaerense, que es el lugar donde tienen (por los gobernantes)
más votos”, explicó Ríos.
El ambientalista precisó también que “de
acuerdo a la experiencia de represas que se rompieron en todo el mundo, me temo
que los responsables van a preferir que se rompa antes de reconocer el
problema, porque esto implicaría una investigación”, alertó.
“En la última que se rompió en el noroeste
del Brasil en 2009, había sospechas de que iba a romperse y 15 días antes
evacuaron a la población. Una semana antes permitieron que volvieran a sus
casas. Los mandaron a la muerte y ni el gobernador (ni ningún funcionario fue
removido) y por supuesto le culparon a las lluvias”, comentó Ríos en referencia
al argumento del arquitecto Miguel Thomas, titular de la EBY.
Ríos fue tajante respecto de esta explicación
de los desmoronamientos. “La excusa de las lluvias es un recurso infantil. Que
no tiene ningún asidero, porque si una represa no va a resistir lluvias
extraordinarias, entonces no la construyan”, lanzó el ambientalista, para quien
“aquí hubo una abuso de la estructura y una elevación de la cota sabiendo que
la represa estaba ya dañada, pudiendo colapsar”, alertó.
“Esta ruptura es un anticipo de lo que se
viene, que es una ruptura total o parcial. Tuvieron que abrir el vertedero para
aliviar esta rotura, pero el vertedero es precisamente la zona de mayor
(presión) La mayoría de las represas se rompen por el vertedero”, advirtió el
ingeniero.
Sin embargo, Ríos no se mostró optimista
respecto del manejo que tendrán los funcionarios respecto de este problema, que
podría desnudar negocios turbios con la represa. “Les conviene que se rompa
antes que bajar la cota, vaciar la represa e investigar. Muchas veces los
llamamos criminales, esto se manejó con mucha irresponsabilidad”, expresó Ríos,
quien pidió “un poquito de cordura, que alivien todo lo posible la represa y
dejarla de usar en un régimen que es peligrosísimo. Queremos que se
desmantele”, aseguró.
Sobre la posibilidad de desmantelar Yacyretá,
Ríos precisó que ya se han desmantelado 530 represas en todo el mundo. “En el
primer mundo una represa como Yacyretá no se construiría”, comentó Ríos, para
quien el argumento que vincula las represas con el desarrollo, es una falacia.
“No concibo el cuento de construir las represas para estimular el progreso, el
desarrollo. Son cantos de sirena. En Uruguaí, que me cuenten si hubo progreso”,
fustigó.
Según Ríos, esta situación se da en un
contexto de improvisación y emergencia en la planificación energética. “El país
genera 23 mil megavatios y consume 22.500 megas. Pero si empezaran Garabí hoy,
asunto que está muy verde, un tema que está muy verde porque no tienen plata ni
la aprobación del Banco Mundial, la terminan en 20 años y no solucionan ningún
problema energético (actual)”, argumentó.
De acuerdo con Ríos, las represas se
construyen principalmente por la posibilidad de hacer negocios privados a
partir de los contratos. “Para que la represa les rinda, tiene que durar 30
años, como hicieron con Yacyretá. La represa es una máquina de robar, toda la
obra pública es una máquina de robar, esto es así en aquí, en Suiza y en EEUU.
No hay represa en el mundo que no tenga un historial terrible de corrupción”,
aseguró el ingeniero.
“Con las represas no vamos a solucionar nada
y encima ponemos en peligro al país. No voy a decir que la represa se va a
romper y que vamos a tener una inundación gigantesca. Pero si se rompiera sería
la peor catástrofe de la historia de la argentina”, advirtió el ambientalista.
Con respecto al desmoronamiento que se
confirmó el fin de semana pasado, Ríos aseguró que “empiezan a aparecer las
fallas por todos lados. El tipo de hormigón que se usó es muy problemático”,
sostuvo Ríos, quien apuntó que se tendría que ver cómo se construyó ese
hormigón, “como sucede con cualquier peritaje después de un desmoronamiento”.
Asimismo, Ríos hizo referencia al video que
difundieron años atrás que motivaron que el titular de la EBY denunciara
penalmente a los ambientalistas. “El video que mostramos es uno institucional.
Los buzos bajan regularmente a controlar el estado del vertedero. Que es la
zona más solicitada. El problema está en que tuvieron que largar muchísima
agua”, explicó Ríos, para quien el tipo de represas como la de Yacyretá son de
tope muy bajo y no se pueden dar el lujo de permitir que el agua alcance
niveles demasiado altos”, indicó el ingeniero, haciendo alusión a la elevación
de la cota por necesidades energéticas (y políticas) agravada por las intensas
lluvias.
“Hemos propuesto en varias oportunidades (el
uso de energías alternativas como) el potencial eólico y el potencial
hidrocinético. Con las Turbinas Hidrocinéticas, que van debajo del río, son
inocuas para el ambiente y son más baratas. Pero con eso no se puede robar, no
hay obras conexas, no se pueden hacer contratos que después se sobrefacturan.
Por eso no les interesa a nadie, porque no se puede hacer negocios. Uruguaí iba
a costar 82 millones y terminó costando 400 millones”, concluyó el
ambientalista.
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