domingo, 8 de marzo de 2020

¿Deportes al humo libre?



¿Deportes al humo libre?

Por Selene Fox Talbot
(Instructora de Jet Ski, Kite Surf / Kite Foil y Windsurf – Polista – Actualmente estudiando la carrera de Orfebre en el Instituto Crisol)

Desde hace un mes, los chacareros dueños de parcelas en las islas del Paraná, han decidido quemar los pastizales para sembrar soja o para sembrar pasto para el ganado.

Quienes practicamos deportes de agua, estamos cansados de no poder realizar nuestras rutinas por el peligro que ocasionan los bancos de humos en las diferentes zonas y según sean los vientos.

Las islas entrerrianas se han convertido en un infierno para todos, seamos ya los deportistas, los propios habitantes de las islas, humanos y animales y la tremenda deforestación que significa quemar miles de hectáreas.

Al gobernador de Entre Ríos no le importa que su provincia se incendie, tampoco le importa el Glifosato que se riega sobre campos, lagunas, lagos, arroyos y riachos, escuelas, familias de pequeños poblados y aldeas, que todo el veneno vaya a parar al río Paraná, que la gente se muera de cáncer y que nazcan niños con malformaciones.

  
Al intendente de Rosario le falta carácter para ejercer con contundencia su obligación de salvaguardar a Rosario de ser una gigantesca humareda y al gobernador, nada le importa, como tampoco les importó a los anteriores, si las ciudades costeras se pierden bajo la capa de humo, no importa, lo que sí importa es que la narcosoja sea redituable, porque si alguien piensa que Santa Fé no está contaminada con glifosato y hasta DDT (la laguna de Melincué posee según los análisis de aguas del CONICET, dosis significativas de glifosato, DDT y clorpirifós; hace años atrás, sus aguas era curativas, hoy son venenosas).

Quiero ver islas llenas de pájaros, reptiles, mamíferos, plantas, pastos, árboles, arbustos, quiero ver nuevamente arenas doradas, no llenas de cenizas.


Las islas deberían ser consideradas un bioma, un sistema de vida único e irrepetible de humedales, porque un paisaje puede parecerse a otro, pero jamás será igual; el Cañón del Colorado se parece a Talampaya, pero no es lo mismo. Cada isla del río Paraná es particular, tiene su propio ecosistema.

¡Basta de quema de islas, basta de agrotóxicos!







domingo, 1 de marzo de 2020

El INTA cría vaquitas de San Antonio como plaguicida natural para el agro



Se alimentan de pulgones

El INTA cría vaquitas de San Antonio como plaguicida natural para el agro

Por Andrea Pellicer

 

Algunos creen que traen suerte, fortuna, amor o salud. Incluso está la costumbre de pedir deseos si alguna de ellas se posa sobre una persona. Si se tiene esto en cuenta, se podría decir que en el INTA de La Consulta existe una especie de “fábrica de deseos” ya que, en estas instalaciones, se desarrolla un criadero de vaquitas de San Antonio.

Mariquitas o paquitas, son algunos de los nombres que reciben en Argentina los coccinélidos. Tal vez, se trate de uno de los insectos con mejor prensa por sus atractivos colores y lunares pero, lejos de los mitos populares, se esconde la importante labor que estos “bichitos” desarrollan en la naturaleza y es que son un efectivo plaguicida para la agricultura.


Como parte de los proyectos especiales de Prohuerta en junio del 2018 se comenzó a trabajar en la la idea de producir un insumo para el control de plagas en las huertas orgánicas de la zona del Valle de Uco. Unos meses después -en primavera- se inició la recolección y cría.

Silvina Panonto y Carla Chiandussi, son las profesionales que llevan este programa adelante desde su inicio y planean continuar con otras investigaciones bajo la dirección del ingeniero agrónomo Daniel Pizzolate, responsable de la institución.


Es en el sótano de la Estación Experimental Agropecuaria, ubicada en el kilómetro 96 de la ex ruta 40 en San Carlos, que estas dos mujeres acondicionaron una de las cuatro cámaras que estaban en desuso para llevar adelante esta tarea. Pero la idea no es quedarse allí, sino que planean extenderse con la cría de otras especies.

Son varios los ejemplares y se encuentran en diferentes habitáculos según su especie. Allí se los alimenta diariamente. En la cámara, a través de un aire acondicionado y luces, se recrea un ambiente propicio para que los coccinélidos continúen con su desarrollo.


Hasta el momento se han descrito más de 4.500 especies de vaquitas, existen de todos colores y tamaños, tanto en su cuerpo como en sus parches (lunares).

Estos insectos están presentes en todas las regiones del mundo que tengan temporadas cálidas y pasan su vida en las plantas donde encuentran su principal alimento. A pesar de lo que algunos creen, son insectos carnívoros y solo una especie de las tantas que hay daña el cultivo de zapallo. Se trata de la epilachna paenulata, la cual es fácil de identificar por su gran tamaño y color marrón claro con parches marrón oscuro.


El resto tiene una dieta a base principalmente de pulgones pero también atacan a los ácaros, eriofidos y algunos de tejidos de hongos que causan enfermedades en los cultivos. Una vaquita adulta puede comer más de mil pulgones durante el verano. Además durante esta época pueden llegar a poner más de un millón de crías, esto las convierte en un eficaz controlador de plagas natural.

Los huevos son de color amarillo y se ponen, usualmente, en el dorso de las hojas en forma de racimo. Las especialistas explicaron que las vaquitas tienen una metamorfosis completa. Es decir, nace de un huevo, durante la juventud es larva después empupa hasta llegar a la adultez. Todo este ciclo tiene una duración de 20 días.


Hacer tu propio criadero y decirle adiós a los insecticidas


Con un poco de dedicación, cualquiera puede llegar a tener su propio criadero para atacar justo a tiempo las plagas que afectan nuestro jardín o huerta de una forma natural y diciéndole adiós a los plaguicidas. De esta forma, nos aseguramos que nuestros vegetales cultivados en casa son 100% orgánicos y libres de tóxicos.

Se requiere un recipiente tipo tupper. A la tapa se le debe dejar solo el marco para que cierre bien pero el resto debe ser remplazado con una tela o tul para que ingrese el aire. En el interior se le debe poner un poco de papel filma para que adhieran sus huevos allí.


La temperatura ideal para su desarrollo es superior a los 20º, es decir que, preferentemente el recipiente tiene que estar en el interior de la casa y, durante el invierno, se le debe proporcionar unas 15 horas de luz que puede ser artificial. Una vez que las vaquitas ponen sus huevos, estos se recolectan y posan en la cercanía de las colonias de plagas.

Un dato no menor es que se las debe alimentar a diario con pulgones, preferentemente, de las caléndulas, lechuga y cerraja.

El futuro del proyecto

Hasta el momento, no se ha podido modificar la dieta de los coccinélidos, lo cual implica un problema ya que en invierno el nivel de esta plaga baja considerablemente. Sin embargo, este es el próximo paso que darán las especialistas Panonto y Chiandussi en su proyecto.

Ambas consideraron que la importancia para desarrollar este tipo de tareas no es menor debido a la necesidad de disponer de organismos benéficos para los productores. Otro punto relevante es capacitar y divulgar la identificación y cuidado de estos insectos para poder minimizar el uso de elementos tóxicos en los controles de plaga.

En un futuro próximo, la intención es aumentar la producción de huevos y comenzar con la cría de otras especies benéficas. Debido a que la disponibilidad en el mercado de este tipo de controles naturales no es considerable. Esto lleva a que en la mayoría de los cultivos se manejen bajo un modo tradicional.

De: https://www.diariouno.com.ar/sociedad/inta-cria-vaquitas-san-antonio-plaguicida-natural-agro-06152019_r1MBOs-kS





LA CUENCA DEL RÍO PARANÁ ESTÁ CONTAMINADA CON GLIFOSATO



El herbicida sobre el cual la OMS ya advirtió que puede causar cáncer fue hallado esta vez en los sedimentos acumulados en la desembocadura de 23 arroyos y cursos de agua

LA CUENCA DEL RÍO PARANÁ ESTÁ CONTAMINADA CON GLIFOSATO

¿Qué otra evidencia necesitamos? otras investigaciones demostraron que incluso las frutas y verduras que compramos en supermercados y verdulerías están contaminados con uno o más químicos.

En 2015 este peligroso herbicida fue hallado en orina humana en Mar del Plata, en muestras de sangre y agua en Pergamino, y en algodón, gasas y tampones comercializados en nuestro país.

Por Matilde Moyano


“Altos niveles” de glifosato y su degradación fueron hallados en la cuenca del río Paraná, “en los cursos medio y bajo de los afluentes tributarios, de acuerdo con la agricultura intensiva que se desarrolla en la región”, revela un estudio realizado por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) publicado por la la revista internacional “Enviromental Monitoring and Assessment”.

El herbicida de la multinacional Monsanto sobre el cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió en 2015 que puede causar cáncer, y su metabolito AMPA, se concentran mayormente en los sedimentos de los cursos de agua que alimentan al Paraná. El monitoreo mostró que la contaminación más alta de glifosato corresponde al río Luján. También los resultados fueron alarmantes en los tramos del Paraná que comprenden a las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. No quedan dudas de que esto es consecuencia directa del tipo de agricultura que se realiza allí.


El glifosato se utiliza para eliminar las malezas de los cultivos, principalmente de la soja transgénica ‘RR’, y en nuestro país (tercer productor mundial de soja) un tercio de la población se encuentra afectada directa o indirectamente por este agroquímico, según demuestran los estudios de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados.

¿Qué otra evidencia necesitamos? La utilización de glifosato no solo afecta a la salud de los habitantes de los pueblos cercanos a los cultivos, sino también a la salud de todos los habitantes del país, porque ya anteriormente otras investigaciones demostraron que incluso las frutas y verduras que compramos en supermercados y verdulerías están contaminados con uno o más químicos.


En 2015 este peligroso herbicida fue hallado en orina humana en Mar del Plata, en muestras de sangre y agua en Pergamino, y en algodón, gasas y tampones comercializados en nuestro país. En el resto del mundo se encontró en vinos de California, en cervezas alemanas, y también en alimentos del desayuno en Estados Unidos.

Alicia Ronco y Damián Marino son dos de los investigadores argentinos autores de este nuevo estudio que revela la contaminación de la segunda cuenca más importante de Sudamérica después de la del Amazonas, mediante wwweos en 23 puntos específicos del Paraná, el Paraguay y sus afluentes. El trabajo comenzó en el río Pilcomayo. Los niveles medidos en muchos casos dieron más elevados que los obtenidos directamente en campos de soja.


“Las muestras de los sedimentos del fondo del río presentaron la mayor concentración de esos componentes, pero las altas corrientes y la capacidad de disolución del curso principal del Paraná atenúan la entrada de los afluentes”, aunque el metabolito del herbicida fue detectado también “en el tramo bajo del río“.

El glifosato y el AMPA son contaminantes, y si bien se acumula mayoritariamente en los sedimentos del fondo, su presencia en los ríos significa que se está contaminando el río a través de las prácticas agrícolas que dependen del uso de herbicidas, como lo es el combo de la semilla transgénica de soja RR y el herbicida glifosato.


El estudio asegura que los resultados obtenidos proveen información relevante para los programas de desarrollo ambientales en el Paraná e indican la necesidad de prestar atención a las prácticas de la agricultura asociadas al control químico de malezas.

Para quienes quieran conocer más evidencias pueden leer la ‘Antología Toxicológica del Glifosato‘, la recopilación más completa de trabajos científicos nacionales e internacionales que da cuenta de los riesgos a la salud humana, ambiente y biodiversidad de este agroquímico, que hasta la fecha reúne 487 evidencias.

Si te interesa esta temática y querés informarte sobre el riesgo en que nos pone el modelo de agroproducción actual, podés mirar nuestro video ‘Cuando la producción de alimentos nos enferma‘.