Greenpeace ha publicado un informe científico
mundial que señala los efectos negativos del herbicida glifosato,
utilizado en varios países, como, por ejemplo, Argentina, para el cultivo de
soja transgénica. Este herbicida tiene efectos nocivos para la salud humana y
el medio ambiente. Las empresas que utilizan el glifosato afirman que es
seguro. Es el ingrediente activo en herbicidas comercializados en todo el
mundo, incluyendo el conocido como Roundup, elaborado por la empresa
multinacional Monsanto. Los herbicidas a base de glifosato son
ampliamente utilizados para el control de malezas, pues no son selectivos y
eliminan toda la vegetación.
Perjuicios
del herbicida Glifosato
En cuanto a los perjuicios en la salud humana,
el informe advierte de que la exposición de los seres humanos al glifosato ha
sido vinculada a varios efectos crónicos, como defectos de nacimiento, cáncer,
neurológicos (se cree que puede provocar la enfermedad de Parkinson), además de
otros efectos agudos provocados por el uso directo del producto por los
agricultores o por la exposición de los habitantes. Los defectos congénitos
experimentados por mujeres en Argentina y Paraguay pueden ser consecuencia de
su exposición al glifosato utilizado en cultivos de soja y arroz transgénicos.
Se indica que estudios científicos demuestran
el potencial del glifosato para interrumpir la
reproducción, por su capacidad de causar daño mitocondrial, necrosis y muerte
celular en células embrionarias y placentarias; y de causar alteraciones
endocrinas, incluyendo la interrupción en la producción de progesterona y
estrógenos, y el retraso en la pubertad masculina. Además, el glifosato interactúa
con la química y la biología del suelo que provocan impactos negativos como la
reducción de la nutrición de las plantas y el incremento de su vulnerabilidad
ante las enfermedades.
El glifosato también puede llegar a las
aguas superficiales y subterráneas, donde puede dañar la vida silvestre y, en
algún caso, terminar en el agua potable. Los cultivos transgénicos, ya nocivos
de por sí, han incrementado enormemente el uso de glifosato, especialmente en
Estados Unidos y Sudamérica. Finalmente, desarrollados para un modelo de
agricultura industrial, están vinculados a prácticas agrícolas no sostenibles
que dañan los recursos naturales. En definitiva, el glifosato debería ser
prohibido.
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