sábado, 23 de marzo de 2019

Cómo hacer una huerta orgánica en casa y no morir en el intento



Parte del secreto para poder llevar una vida sustentable y ecológica, pasa por la autogestión y autosuficiencia en varios aspectos, uno de ellos muy importante es la alimentación, en las próximas semanas, desde ecocosas.com en este sentido compartiremos una serie de artículos desde como cultivar zanahorias hasta, hacer pan casero y sin químicos. Pero como todo las cosas se ha de empezar por alguna parte, así que empezamos por el huerto, no hace falta gran espacio, puede ser en una terraza un pedazo muy pequeño de tierra, en esta primera parte plantearemos una situación ideal donde contamos con un terreno la próxima entrega será sobre el huerto urbano.

No hace falta una gran inversión para armar vuestra propia huerta, apenas un poco de información para así dar el puntapié inicial y dar los primeros pasos en la tarea de la siembra y la cosecha. Lo primero es contar con un terreno que no tiene porque ser demasiado amplio pues una huerta para una familia de cuatro o cinco integrantes requiere apenas unos pocos metros cuadrados de superficie.

Los bancales

Basta contar con unos pocos bancales para lograr buenos resultados, unos cinco serán suficientes pues el secreto no sólo está en el tamaño de la huerta sino también en su cuidado y sistema. En ese sentido, hay tres aspectos fundamentales a tener en cuenta: La rotación, el uso de abonos orgánicos y la asociación de plantas.

La tierra

Pero antes de adentrarnos en los pormenores del cuidado de la tierra hay que tener en cuenta la preparación del terreno. Bastará con que el dueño de casa limpie el terreno quitando las malezas, piedras y vidrios para luego establecer los bancales, que deben tener un margen de entre 30 y 40 cm. entre uno y otro para así poder caminar entre ellos.

Expertos en la materia aconsejan no mover la tierra una y otra vez sino simplemente integrar los terrones de tierra con el suelo natural, para luego emparejar la zona con un rastrillo.

El abono

Entonces sí, ya estaremos en condiciones de sembrar aunque para dar ese paso hay que considerar algunos aspectos que sin dudas incidirán en los buenos resultados de la siembra. Uno de ellos remite al uso de abonos orgánicos para enriquecer la tierra. Un buen abono orgánico puede ser creado por ti mismo con restos orgánicos como pueden ser cáscaras de huevo, restos de patatas, estiércol, cenizas, restos de frutas, etc. Tan sólo debes echarlos en la tierra en forma pareja y luego regar la zona para lograr una buena humedad o simplemente tomar los desperdicios, echarles agua y cubrirlos con un plástico para que fermente y, entonces sí, echarlos en la huerta. Otra manera es hacer compost con restos vegetales para abonar la tierra.

La siembra

Así es como, con estos requisitos básicos, entraremos de lleno en la etapa de la siembra, que si bien es un proceso sencillo tiene sus secretos. Lo primero es pensar en lo que se quiere cultivar pues las opciones son de lo más variadas. Pueden ser habas, cebollas, coliflor, remolacha o acelga hasta lechuga o puerro. Siempre hay que conseguir el calendario de siembra local para saber cuando sembrar que mas adelante aclararemos a grandes rasgos como se prepara la huerta según la estación del año y la utilización de invernaderos. Las opciones son infinitas.

Al momento de sembrar hay dos alternativas: por almácigos o en forma directa, echando las semillas en la tierra, normalmente al realizar siembra directa crecen muchas plantas en un mismo sitio por lo cual cuando crecen un poco se escogen las mas vigorosas y se arranca las que han crecido menos esto se realiza al mes aproximadamente esta técnica se conoce como aclareo. Si se elige la siembra por almácigos hay que colocar tierra en recipientes pequeños como para unas pocas semillas, yo utilizo normalmente las cajas de huevos que van muy bien y son biodegradables también se puede utilizar los cilindros de rollos de papel higiénico o cocina, coloca mas tierra, mezclada con humus o compost y un poco de arena o fibra de coco para tener un buen drenaje, ponemos un par de semillas por recipiente y esperamos hasta tener una planta chica que luego transplantaremos a su lugar definitivo a los 30 a 45 días así en las fase de germinación y crecimiento cuando la planta es mas frágil la podemos tener controlada en cuestiones climáticas, agua etc.

Consejos

Un gran consejo de los expertos destaca la asociación de cultivos, es decir el sembrar juntas aquéllas plantas que de alguna manera se benefician entre sí. Puede ser porque se complementan con sus nutrientes o porque algunas de ellas repelen insectos. ¿Algunos ejemplos? La remolacha y la zanahoria, la albahaca y el tomate, también la lechuga, la espinaca y la escarola.

  


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