Preocupación por informe del Conicet: Urdinarrain con
el mayor índice de glifosato
Esta semana, Urdinarrain siguió
con gran preocupación un informe de la revista internacional Environmental
Pollution quien publicó un estudio realizado años atrás en la zona de
Urdinarrain que señala que un trabajo llevado a cabo por científicos del CONICET
vinculados a la Universidad de La Plata (UNLP) reveló que el herbicida
glifosato, que se aplica en la práctica agropecuaria, no desaparece de los
campos sino que, dada la enorme cantidad pulverizada y la afectación de los
microorganismos encargados de su degradación, el producto no hace más que
acumularse en las tierras con todo el riesgo tóxico que esto implica y además
señala a Urdinarrain con el índice de concentración de este producto más alto a
nivel mundial.
La información fue revelada en
nuestro país por el periodista y escritor, autor del libro “Envenenados”
Patricio Eleisegui quien en dialogo con los colegas de El Día de Gualeguaychú
señaló: “Según los datos, se extrajeron de distintos lotes de Urdinarrain para
constatar la presencia del herbicida glifosato y la cantidad de concentración y
según el informe los resultados son dramáticos”.
El estudio en cuestión, sujeto a
muestras tomadas en 2015 de distintos lotes ubicados en el distrito de
Urdinarrain, en la provincia de Entre Ríos, sostiene que la concentración de
glifosato constatada en esa zona se encuentra entre las más altas a nivel
mundial, señala el informe y en referencia a esto, Eleisegui indicó: “Lo que
hice fue trabajar sobre el texto que salió publicado en una revista en el
exterior y posteriormente hablando con los científicos que hicieron el estudio,
ellos confirmaron este dato de nivel de concentración tan elevado y con el
mecanismo de degradación totalmente desactivado lo que hace que no tengas
herramienta para limpiar la tierra del herbicida.
Básicamente se está poniendo más
herbicida de lo que el mismo ambiente puede llegar a eliminar lo que hace que
lleguemos a una situación prácticamente irreversible” señaló.
Además el periodista manifestó
que: “Esta certificado que la Organización Mundial de la Salud indicó que este
herbicida está señalado como cancerígeno y las únicas voces que han salido a
contrarrestar esto son las voces vinculadas con los actores que producen este
tipo de agroquímicos y que sostienen esta práctica de producción que
lamentablemente nos esta envenenado”.
También agregó que: “Escuché que
en Urdinarrain había investigación y preocupación por el tema del arsénico en
el agua, pero la realidad es que por formación geológica la Argentina tiene
arsénico desde que se desarrolló esta parte del continente americano, por ende
deberíamos haber tenido cáncer por infinidad de décadas a partir de la
presencia del arsénico, por eso indudablemente si los indicadores de cáncer se
han disparado en los últimos años deberíamos tener en cuenta otras variables y
si acá tenemos una investigación de científicos, publicada en el exterior donde
señala que esta tierra está prácticamente a nivel irreversible en nivel de
contaminación, es uno más uno, es una cuenta bastante clara”.
“Lo que ocurre es que hay actores
implicados que se ocupan de desarticular cualquier tipo de mira que uno enfoque
sobre este tema, pero la realidad es que las fumigaciones hoy son un problema
para todas las zonas productivas de la Argentina. No se pone en discusión este
modelo, siendo que hoy Argentina tiene un uso mayor que Estados Unidos de este
herbicida”.
Los
campos entrerrianos son los que más glifosato acumulan a nivel mundial
Una
investigación del CONICET reveló que el herbicida se concentra principalmente
en Urdinarrain.
Una investigación publicada por
la revista internacional Environmental Pollution y realizada por científicos
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) reveló
que el herbicida glifosato no hace más que acumularse en los campos argentinos,
principalmente en la provincia de Entre Ríos y Urdinarrain encabeza el ranking
mundial.
"Dada la enorme cantidad
pulverizada y la afectación de los microorganismos encargados de su
degradación, el producto no hace más que acumularse en las tierras con todo el
riesgo tóxico que esto implica", es lo que revela un artículo del
periodista Patricio Eleisegui.
La investigación citada señala
entre sus resultados que "bajo las prácticas actuales, las tasas de
aplicación son más altas que las tasas de disipación". Para luego
resaltar: "Por lo tanto, glifosato y AMPA -su metabolito- deben ser
considerados pseudo persistentes".
El estudio en cuestión, sujeto a
muestras tomadas en 2015 de distintos lotes ubicados en el distrito entrerriano
de Urdinarrain, sostiene que la concentración de glifosato constatada en esa
zona se encuentra entre las más altas a nivel mundial. El equipo de científicos
también ubicó rastros del herbicida en aguas de superficie, aunque a niveles
más bajos que los comprobados en el suelo.
Damián Marino es doctor en
Química y uno de los especialistas del CONICET que coordinó la experiencia.
Explicó que, en concreto, el monitoreo demuestra que "el glifosato no
desaparece" en tanto "se vuelca en el ambiente más
herbicida de lo que la naturaleza puede llegar a degradar".
Esto último, la acumulación, también es consecuencia del amplio paquete de plaguicidas que pulverizan los productores más allá del citado glifosato. Marino lo explica con claridad: "Todo lo que se aplica en el campo no ha hecho más que degradar a los microorganismos que se podrían encargar de hacer desaparecer al glifosato. Hoy por hoy, estas opciones de degradación están tan afectadas que casi no operan. El sistema de producción rompió al sistema que limpia. Y continúa echando más glifosato que antes".
A tono con lo anterior, vale decir que Argentina aparece hoy como el país con mayor consumo de glifosato en el planeta, siempre en términos de cantidad de población. Así, mientras que naciones como Estados Unidos -uso anual de 136 millones de litros- promedian
"El glifosato y el AMPA
muestran afinidad por las matrices sólidas, esto es, suelo y sedimentos. No se
detectó concentración en aguas subterráneas", concluye el estudio, que
además recomienda "una revisión de las prácticas actuales de gestión
agrícola con el fin de detener la acumulación constatada", y exige una
"reevaluación de riesgo toxicológico dadas las concentraciones (de
glifosato) encontradas".
"Hay un uso y un abuso del suelo, con una micro fauna afectada y una carga de químicos de uso permanente. El estudio no hace más que reafirmar que tenemos glifosato en todas partes y cada vez en mayor cantidad", concluyó Marino.
En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), vinculada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que existe evidencia suficiente para relacionar al glifosato con, precisamente, la proliferación del cáncer.
AGROTÓXICOS: ENTIDADES RURALES INTENTAN DESLEGITIMAR EL JUICIO POR UNA
ESCUELA FUMIGADA EN ENTRE RÍOS
CON MOTIVO DEL COMIENZO DEL PRIMER JUICIO POR FUMIGACIÓN CON
AGROTÓXICOS EN UNA ESCUELA DE ENTRE RÍOS, LAS ENTIDADES RURALES DE LA PROVINCIA
(QUE NO SON PARTE DEL JUICIO) EMITIERON UN COMUNICADO ANTE EL TEMOR DE QUE ESTE
JUICIO HISTÓRICO LIMITE SUS PRÁCTICAS BASADAS EN EL USO INDISCRIMINADO DE
AGROTÓXICOS.
El 4 de diciembre de 2014 la Escuela
N° 44 “República Argentina” de Santa Anita, provincia de Entre Ríos, fue
víctima de una fumigación aérea con agrotóxicos. Los estudiantes y la docente
Mariela Leiva tuvieron que recibir atención médica en el hospital Reverendo
Padre Betcher, por vómitos, náuseas, dolores estomacales, erupciones en la piel
y mucosas.
Se trata de la primera causa de
este tipo que es elevada a juicio, aunque es importante saber que no es un
caso aislado, ya que los ‘pueblos fumigados‘ de nuestro país son afectados
por estos venenos todo el tiempo.
Ahora, con motivo del comienzo
del juicio, las entidades rurales que integran la Mesa de Enlace de la
provincia (Federación Agraria Argentina -FAA-, Federación de Asociaciones
Rurales de Entre Ríos -FARER-, Sociedad Rural y la Federación de Cooperativas
-FEDECO-) se reunieron en Paraná y emitieron un comunicado que pretende desestimar la
investigación preparatoria que durante dos años llevó adelante la Fiscalía y
que motivó el pedido de remisión a juicio oral.
Como explica el medio local
Análisis Digital, las entidades rurales no son parte del juicio, pero de
manera corporativa expresaron su “preocupación” por el proceso que se
desarrollará esta semana y remarcaron que “es necesario que se pueda
dilucidar con elementos técnicos certeros las afectaciones denunciadas por la
docente”.
El juicio puede sentar un
precedente que limite la práctica agropecuaria y ponga en jaque el modelo
productivo que se basa en la utilización de agrotóxicos. Esto es lo que motivó
la reunión y posterior redacción de un comunicado por parte de la Mesa de
Enlace, donde las entidades manifestaron su “preocupación” por el devenir del
juicio que investiga la fumigación de la Escuela N° 44.
Las entidades agrarias aseguraron
que “se trató de una aplicación realizada con control profesional, para la cual
se disponía de la receta agronómica”. Sin embargo, según el testimonio de
la maestra “no se recibió ninguna notificación de que se iba a hacer alguna
fumigación, no hubo receta agronómica. La Policía dijo que no hubo presentaciones
(permisos) y la Municipalidad aseguró que no hubo aviso previo de esa
fumigación“.
Entre los testimonios aportados
por la Fiscalía, se encuentra el de los profesionales del hospital donde fueron
atendidos los alumnos y la maestra intoxicados, un perito agrónomo nombrado por
la Fiscalía y un investigador del Conicet que constató mediante estudios
de aire que “la escuela está expuesta a la contaminación”.
La organización “Paren de
Fumigar las Escuelas” expresó a medios locales que los argumentos que
esgrime la Mesa de Enlace buscan eximir de responsabilidad a los imputados: “Vemos
que es clara la actitud corporativa de quienes fijan postura a favor del
negocio pero en contra de la salud de las comunidades rurales“.
“Deseamos expresar nuestro
repudio a este nuevo intento por deslegitimar una lucha que no es solamente
ambiental, sino que persigue además el objetivo de promover y preservar un
lugar saludable para poder enseñar y aprender”.
Pueblos Fumigados
En las zonas rurales del Litoral,
del Norte y de Córdoba, abundan los casos de alergias, problemas
respiratorios y neurológicos, malformaciones congénitas, abortos espontáneos,
cáncer, o la muerte, como consecuencia de un modelo de agroproducción que
hace uso indiscriminado de agrotóxicos como el glifosato.
Otro caso que podemos mencionar
sobre una escuela fumigada (que está abordado en el libro ‘Envenenados‘) es el
de Estela Lemes, la directora de la Escuela Nº 66 Bartolito Mitre, de
Costa Uruguay Sur, un paraje cercano a Gualeguaychú, quien convive con dos
químicos en su sangre (uno de ellos, glifosato), producto de una fumigación
ilegal que le ocasionó serios problemas de salud, y la ART se niega a
cubrirle los costos de un tratamiento intensivo.
Por su parte, las escuelas
rurales de la provincia de Buenos Aires también se unieron para luchar
contra las fumigaciones y crearon la Red de Docentes por la Vida.
Por Matilde Moyano, para “El
Federal”
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