Índice
Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)
Guía de Calidad de Aire Interior
Conceptos generales de contaminación atmosférica
La Ballena Franca
Kril antártico
Contaminantes
Orgánicos Persistentes (COP)
Los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP),
conocidos también por su acrónimo inglés POPs (Persistent Organic
Pollutants), son sustancias químicas:
·
Persistentes, ya que tienen
una elevada permanencia en el medio ambiente, al ser resistentes a la degradación.
·
Bioacumulables, incorporándose
en los tejidos de los seres vivos y pudiendo aumentar su concentración a través
de la cadena trófica.
·
Altamente
tóxicos, y que provocan graves efectos sobre la salud humana y el
medio ambiente.
·
Que tienen potencial para transportarse a
larga distancia, pudiendo llegar a regiones en las que nunca se han
producido o utilizado. Los COP son volátiles en el rango de temperaturas de las
latitudes medias. Transportados por la atmósfera, se condensan y depositan en
las zonas frías a gran altura o en las latitudes altas. Por su persistencia,
pueden ser depositados y volver a volatilizarse en ciclos sucesivos en función
de las temperaturas ambientales, produciéndose el efecto conocido como
"saltamontes".
En
consecuencia, suponen una amenaza para la salud humana y el medio ambiente de
todo el planeta.
La
Comunidad Internacional y más concretamente las Naciones Unidas, ha generado
instrumentos importantes para regular y controlar los COP. El más ambicioso es
el Convenio de Estocolmo, cuyo objetivo es proteger la
salud humana y el medio ambiente frente a los COP, eliminando, y cuando esto no
sea posible, reduciendo, las emisiones y las descargas de estos contaminantes.
La
Conferencia Diplomática para la firma del Convenio de Estocolmo, tuvo lugar el
22 y 23 de mayo de 2001 en Estocolmo, y contó con la firma de más de 120
países. La Unión Europea y todos sus Estados Miembros, firmaron el Convenio y
las Resoluciones que lo acompañan, manifestando en este acto la importancia de
este acuerdo internacional y su voluntad decidida para promover su entrada en
vigor.
Sustancias COP
Los 12 primeros COP del Convenio de Estocolmo:
- Aldrina(Aldrin)
- Clordano(Chlordane)
- DDT(Dichlorodiphenyltrichloroethane)
- Dieldrina(Dieldrin)
- Endrina(Endrin)
- Heptacloro(Heptachlor)
- Hexaclorobenceno(Hexachlorobenzene, HCB)
- Mirex(Mirex)
- Toxafeno(Toxaphene)
- Bifenilos policlorados(Polychlorinated byphenils, PCBs)
- Dibenzoparadioxinas y dibenzofuranos policlorados(Polychlorinated dibenzo-p-dioxins, PCDDs and
polychlorinated dibenzofurans, PCDFs)
Los nuevos 9 COP incluidos en el Convenio de Estocolmo:
- Alfa-hexaclorociclohexano(Alpha-hexachlorocyclohexane, alpha-HCH)
- Beta-hexaclorociclohexano(Beta-hexachlorocyclohexane, beta-HCH)
- Éter de tetrabromodifenilo y éter de pentabromodifenilo(Tetrabromodiphenyl ether, tetraBDE and pentabromodiphenyl
ether, pentaBDE)
- Éter de hexabromodifenilo y éter de heptabromodifenilo(Hexabromodiphenyl ether, hexaBDE and heptabromodiphenyl
ether, heptaBDE)
- Clordecona(Chlordecone)
- Hexabromobifenilo(Hexabromobiphenyl, HBB)
- Lindano(Lindane, gamma-HCH)
- Pentaclorobenceno(Pentachlorobenzene, PeCB)
- Sulfonatos de perfluorooctano(Perfluorooctane sulfonated, PFOS)
Guía de Calidad de Aire
Interior
Se ha presentado en Madrid la Guía de
Calidad de Aire Interior. La consejería de Economía, Empleo y Hacienda, a
través de la Dirección General de Industria, Energía y Minas, junto con la
Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid y Knauf GmbH han llevado a
cabo el desarrollo de esta guía en la que se analizan los principales contaminantes
presentes en el aire y en los materiales constructivos, así como los elementos
de medición, las posibles soluciones mediante sistemas de ventilación y
otros aspectos normativos y legislativos.
La Fundación para la salud geoambiental ha
colaborado en el desarrollo de esta guía, concretamente el apartado de
mediciones, debido a la experiencia acumulada en mediciones de casas
particulares. Dentro de la salud geoambiental un apartado de mucha importancia
es la calidad de aire interior.
La mayor parte de la población no tiene
conciencia de que en el interior de los edificios se exponen a un mayor número
y concentración de contaminantes. Según la EPA- Agencia de Protección Ambiental
de Estado Unidos- las concentraciones de tóxicos en interior es entre 2 y 5
veces superior a los niveles de exterior. Tóxicos como el formaldehído,
Benceno, los NOx o niveles altos de material particulado pueden constituir, en
el largo plazo, un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades. La mejor herramienta
para cuidar la salud es la prevención, un diagnostico precoz realizado a tiempo
puede ser la clave para cuidar nuestra salud.
Conceptos generales de
contaminación atmosférica
La naturaleza física y composición de
los contaminantes químicos atmosféricos es muy variada. Además de por
su origen natural o antropogénico, los contaminantes se clasifican en primarios
y secundarios. Los primarios son sustancias vertidas directamente a
la atmósfera, entre los que se encuentran los aerosoles o partículas, los
óxidos de azufre, los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y los
hidrocarburos. Los contaminantes secundarios son sustancias que se
producen como consecuencia de las transformaciones, reacciones químicas y
fotoquímicas que sufren los contaminantes primarios en el seno de la atmósfera.
Óxidos de azufre (SOx): Se forman por la
combustión de cualquier sustancia que contenga azufre, como el carbón o el
petróleo, generando dióxido de azufre (SO2) como contaminante primario. El
trióxido de azufre (SO3) se forma en la atmósfera, como contaminante
secundario, por la acción fotoquímica sobre el anhídrido sulfuroso, así como el
ácido sulfúrico (H2SO4) que se produce por la oxidación catalítica de los
óxidos de azufre en las gotas de agua de lluvia. Se estima que en el hemisferio
norte más del 90% de la producción de óxidos de azufre es de origen
antropogénico.
Óxidos de nitrógeno (NOx): La mayor
parte de las emisiones antrópicas de óxidos de nitrógeno se producen en forma
de óxido nítrico (NO), como contaminante primario en los procesos de combustión
de combustibles fósiles como petróleo, carbón o gas natural. La oxidación
posterior del NO da lugar al dióxido de nitrógeno (NO2) y posteriormente al
ácido nítrico (HNO3), como contaminantes secundarios.
Monóxido de carbono (CO): El monóxido de
carbono (CO) es el contaminante más abundante en la capa inferior de la
atmósfera, y su origen antropogénico es debido a la combustión incompleta de
materias orgánicas (gas, carbón, madera, etc.), en especial los carburantes de
los automóviles. Al oxidarse en la atmósfera genera dióxido de carbono (CO2).
Partículas o aerosoles: Como partículas se
engloban tanto diminutos fragmentos sólidos como gotas de líquido de pequeño
tamaño, que pueden tener composición química diversa. Este grupo incluye las
partículas sedimentables y en suspensión, y los humos. Alrededor de un 80% de
las partículas presentes en la atmósfera tienen origen natural (aerosoles
marinos, arrastre de polvo por el viento, erupciones, incendios, polen, etc.).
Las fuentes antropogénicas más importantes son los procesos de combustión y las
pérdidas en procesos extractivos e industriales (minería, canteras, fábricas de
cemento, tratamientos de residuos, etc.). También es importante
cuantitativamente la formación de aerosoles secundarios a partir de
contaminantes gaseosos primarios.
Compuestos orgánicos volátiles (COV): Forman
parte de este grupo todos aquellos hidrocarburos que se presentan en estado
gaseoso a temperatura ambiente normal o que son muy volátiles a dicha
temperatura. Tienen un origen tanto natural como antropogénico (debido a la
evaporación de disolventes orgánicos, a la quema de combustibles, al
transporte, etc.). Se caracterizan por participar en reacciones químicas en la
atmósfera generando otros contaminantes, como el ozono.
Ozono (O3): El ozono es un contaminante
secundario. Se denominan “precursores del ozono troposférico” a las sustancias
que intervienen en la formación de ozono en la parte más baja de la atmósfera,
siendo las principales los óxidos de nitrógeno (NOx), los compuestos orgánicos
volátiles (COV) y el monóxido de carbono (CO).
Compuestos halogenados: Entre los de
mayor incidencia sobre la calidad del aire se encuentran los compuestos de
flúor, los de cloro y los freones. Los compuestos de flúor son emitidos
principalmente por las industrias de la cerámica, de aluminio y de vidrio. Los
compuestos de cloro son emitidos principalmente por la industria petroquímica.
Destacan en este grupo los clorofluorocarbonos (CFC), gases de los que no
existen fuentes naturales, hasta hace poco muy utilizados en la industria de
fabricación de espumas y aislantes, como fluidos refrigerantes y como
propelentes en aerosoles.
Metales pesados: Los metales pesados son
elementos químicos que generalmente se hallan presentes en la atmósfera en muy
bajas concentraciones por lo que su origen procede en su gran mayoría de
fuentes antrópicas. Las emisiones de metales pesados se originan
fundamentalmente en grandes instalaciones de combustión, industria de
calcinación y síntesis de minerales metálicos, fundiciones, acerías y otras
instalaciones metalúrgicas, industria de producción de cemento y vidrio e
instalaciones de incineración de residuos urbanos y sanitarios. Una de las
características más peligrosas de los metales tóxicos en el ambiente es que no
son degradados, ni química ni biológicamente, por la naturaleza. Entre los metales
tóxicos más importantes por sus efectos sobre la salud del ser humano están el
mercurio (Hg) y el plomo (Pb), aunque también se encuentran en la atmósfera
otros metales como cadmio, níquel, cobre, cromo o arsénico.
Dioxinas: Se trata de compuestos químicos
generados a partir de procesos de combustión de productos en cuya composición
participa el cloro, especialmente en procesos en que tiene lugar una combustión
incompleta. En los países industrializados, los principales emisores son
actualmente los incineradores sanitarios y de basuras, pero también se utilizan
en el blanqueado de papel con cloro, o en diferentes biocidas. El término se
aplica indistintamente a los policlorodibenzofuranos (PCDF) y las
policlorodibenzodioxinas (PCDD).
La Ballena Franca
Existen 11 especies de ballenas, de las
cuales dos se conocen como ballenas francas. La ballena franca austral, que
vive en el hemisferio sur, y la franca boreal, que vive en el norte.
Las ballenas son mamíferos, y por lo tanto,
respiran aire, mantienen estable la temperatura del cuerpo y paren y amamantan
a sus crías. A pesar de su tamaño, se alimentan de pequeños organismos de pocos
milímetros.
La cabeza ocupa el 25% del largo de su
cuerpo, que está cubierto, en algunas zonas, por callosidades vistosas de
queratina originadas en la piel. Su aliento es expulsado por dos espiráculos
que dibujan en el aire dos chorros en V.
Las hembras son reproductoras cuando alcanzan
los 13 metros ,
es decir, a los 3 ó 4 años, edad a la que los machos sólo llegan a los 12 metros . El largo
máximo observado en ejemplares en península Valdés es de 16 metros para las
hembras y de 15 metros
para los machos. Los ballenatos (los cachorros) nacen con unos cinco metros de
longitud y, ya adultos, pueden llegar a pesar unas 5 toneladas.
Otros
datos
Nombre científico: Eubalaena Australis
Medida: 14 Metros
Peso: Alcanza los 40.000 kilos
Pese a sus dimensiones se mueve con gran
destreza. Sus saltos y movimientos estremecen al público…
Hábitat y población
Se distribuyen entre los 20º y 64º de latitud
sur.
La población mundial se estima en sólo 3000
individuos.
Durante siglos y hasta hace algunas décadas
estuvieron expuestas a una intensa cacería. Hoy están protegidas por normas
internacionales.
Reproducción
La gestación es de 12 meses, y la hembra
amamanta a sus cachorro durante, más o menos, un período similar.
Tiene un ballenato cada tres años, momento en
el que regresan a la península Valdés. Raramente son vistas ahí durante los
años que transcurren entre cada parición. Los machos, tienden a retornar al
lugar cada año.
Otras
curiosidades
Las callosidades de las ballenas son
diferentes en cada una de ellas, por lo que pueden servir para identificarlas,
así como las huellas digitales en los seres humanos.
Desde 1970, en la Patagonia han sido
identificadas más de 1300 ballenas. Cada año se agregan a la lista alrededor de
130 adultos y unas 30 crías.
La población patagónica de la ballena franca
austral está creciendo a una tasa del 7,6% anual y es una de las poblaciones más
importantes del mundo para una especie poco abundante.
Krill antártico
Al krill antártico tiene crédito por ayudar a
mantener el equilibrio en el ecosistema alrededor de la Antártida, donde la
comida es limitada y un número limitado de animales pueden prosperar en
condiciones tan duras. Sin esta fuente de alimento en particular, toda la
existencia animal estaría
en grave peligro.
Descripción
El krill antártico es un pequeño crustáceo,
similar en tamaño a los camarones. Miden no más de 2 pulgadas de largo, y
tienen cuerpos largos, casi transparentes en color, con áreas verdes y marrón
que les ayudan a mezclarse con los alrededores.
Distribución
Como habrás adivinado por su nombre, viven en
las aguas antárticas, donde se basan en los diversos elementos de su ecosistema
para sobrevivir. Durante los meses de verano antártico, el krill va a vivir más
cerca de la superficie del agua, en el frío del invierno, se trasladarán a
aguas más profundas, donde hace más calor.
Comportamiento
Estas formas de vida viven en enjambres muy
grandes en el agua que pueden ser de hasta 10.000 a 30.000 kriles en
cualquier lugar. Buscan la seguridad en los números, pero esto no siempre
funciona. Un gran depredador puede llegar y consumir gran cantidad de estos, o
a todos, de un momento a otro. Se sabe que en estos grandes enjambres forman
varios subgrupos, pero todavía hay mucho que no sabemos sobre la jerarquía y la
comunicación del krill.
Alimentación
El krill antártico se alimenta de
fitoplancton, el cual existe en números muy altos, así que realmente no tienen
problemas para encontrar comida. Tienden a comer todos los días, pero no
necesitan grandes cantidades de alimentos para su supervivencia. Deben tener
cuidado, pues mientras se están alimentando existe una muy buena posibilidad de
que también se conviertan en comida.
Reproducción
Existen varios periodos de desove para el
krill antártico, durante la época más cálida del año existen más alimentos, y
los kriles realizan un largo viaje a las zonas de desove, cerca de las costas,
donde se llevará a cabo el apareamiento, las hembras ponen cientos de huevos
cada vez que desovan. Los huevos se fijan en el agua de diversas plantas u
otros elementos, y luego pasan a través de cuatro etapas de larvas, el tiempo
de cada etapa depende de las temperaturas del agua.
El krill antártico puede vivir por un período
de hasta 6 años o más en la naturaleza, sin embargo, muy rara vez son capaces
de hacerlo, debido a que constituyen, en una muy alta tasa, los recursos
alimenticios de muchos otros seres vivos. En algunos lugares se reproducen
comercialmente, para crear aceite de kril, un suplemento común en el mercado
hoy en día.
Conservación
El número de kriles antárticos sigue bajando,
debido a los cambios climáticos. El hecho de que no haya tanto hielo como solía
haber en la Antártida, significa que nos se producen tantas formaciones de las
algas que necesitan para comer. Se cree que la disminución de sus
números, ha provocado también la disminución de los números de pingüinos. Los
expertos advierten de que si este descenso continúa, el saldo total en la
cadena alimentaria en la Antártida puede ser devastador.